CANTATA CRIOLLA", ICONO DEL NACIONALISMO VENEZOLANO

El musicólogo y pianista Juan Francisco Sans responde sobre algunos aspectos de la obra de Antonio Estévez.

 EL UNIVERSAL
domingo 10 de enero de 2016  11:04 AM



-¿Cómo valora la obra de Antonio Estévez? 

-Al escritor mexicano Juan Rulfo le bastaron apenas dos novelas, "El llano en llamas" (1953) y "Pedro Páramo" (1955), para ser reconocido como uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX. Otro tanto ocurrió en el caso del compositor venezolano Antonio Estévez: su "Cantata Criolla" se convirtió desde su estreno en 1954 en el icono del nacionalismo musical venezolano. Las analogías entre ambos no terminan allí: la producción compositiva de Estévez es tan escueta como la obra literaria de Juan Rulfo, pero de tanta calidad como ésta. Ninguno de los dos necesitó hacer demasiado después de haber escrito sus respectivas obras maestras para quedar consagrados en sus respectivas disciplinas artísticas.

-El éxito de la Cantata Criolla se debe a varias razones. La primera es quizá lo vistoso de su formato: se trata de una obra sinfónico-coral de largo aliento, con dos solistas. El tener como base programática un texto de Alberto Arvelo Torrealba contribuyó sin duda a darle  popularidad a la obra, cuya trama resulta en sí cautivante: un duelo cantado entre el llanero Florentino y el Diablo, donde terminan triunfando la inteligencia y la sagacidad por sobre las fuerzas del mal.

-Si a esto sumamos el hecho de que el joropo llanero constituye el tópico principal de la obra, en una época en que fue enaltecido como la "música nacional" por antonomasia, pues tenemos ahí la fórmula para un éxito garantizado. Pero el que la "Cantata" sea su obra más popular, no significa que sea necesariamente la mejor. Entre las obras de pequeño formato, sus "17 piezas infantiles para piano" constituyen verdaderas joyas de la literatura pianística venezolana, infaltables en el repertorio de los concertistas. Y a pesar de tocarse muy poco, y de no gozar del favor del público, su "Concierto para orquesta" es probablemente lo más trascendente y personal de su producción.

-¿Cuál considera que es su vigencia y su mayor aporte? 

-Por lo general, en la producción de un compositor solemos encontrar obras excelentes, obras no tan buenas, e incluso obras malas, sobre todo cuando esa producción es grande y da para todo eso. Además, no a todo el mundo le gusta necesariamente todo lo que un compositor escribe. Pero con la música de Estévez ocurre algo muy particular: dado que escribió tan poco, prácticamente todo lo que conocemos de él es muy bueno y suele gustarle a la gente. Su obra tiene un estilo condensado, concentrado en cada obra. Si oyes por ejemplo la marcha de la Radio Nacional de Venezuela, una composición muy menor escrita por encargo, inmediatamente sientes la fuerza de un gran compositor detrás. O en sus canciones para voz y piano, o para coro. No hablemos de sus obras de gran formato como la "Suite Llanera". Es un compositor que no se ha desactualizado, que puede seguirse haciendo en conciertos y sigue gustando al público. Esa es una de sus características más resaltantes de su producción: ha trascendido a su época, algo que no necesariamente lograron otros compositores contemporáneos a él.

-Entre el nacionalismo y la estética contemporánea, ¿dónde se ubica mejor la obra de Antonio Estévez? 

-En la producción de Estévez encontramos retratado -quizá como en ningún otro compositor venezolano de su tiempo- el enorme dilema de quienes estuvieron adscritos inicialmente al nacionalismo musical venezolano y procuraron luego un cambio de estética: una lucha interior entre las tendencias más conservadoras y el experimentalismo; entre tradición y vanguardia, entre lo nuevo y lo ya estatuido, entre el deber de "hacer patria" con la música y la necesidad de encontrar un camino propio e individual, entre lo nacional y un estilo internacional. Pero sobre todo, observamos un temor a experimentar y a no ser comprendido, un miedo a decepcionar al público.

-En esto, Estévez fue único: se aventuró en mares por los que ninguno de sus contemporáneos se atrevió a navegar. Me refiero particularmente a la música electrónica y a la integración de las artes con Carlos Raúl Villanueva y Jesús Soto. Esto fue un salto acrobático en su estilo, absolutamente forzado, del cual Estévez renegó luego y con razón. Lo cierto es que nunca se halló cómodo con la música electrónica, lo cual se hace evidente en la propia música que hizo para este medio, y esa etapa no dejó de ser algo meramente anecdótico en su vida. Es muy significativo que toda su producción electrónica se haya sumido en la indiferencia, al punto de que todos los registros magnetofónicos se hallaban perdidas o arrumbados. Afortunadamente, fue rescatada en tiempos recientes por Daniel Atilano en un magnífico trabajo interactivo que espero se edite algún día. En su música postrera, Estévez regresó a su estilo previo, asimilando no obstante lo aprendido en esta experiencia.

-Sobre la "Cantata Criolla", hay una discusión sobre la partitura y su interpretación ¿quién tiene o tendrá la última palabra sobre la música? ¿hay alguna edición crítica de la obra? 

-En la música académica se suele mitificar la partitura y al compositor al punto de considerarlos intocables, cosa que no ocurre con otro tipo de música. Lo cierto es que el propio Estévez retocó muchas veces la "Cantata", al punto que la edición que de ella hizo la Fundación Vicente Emilio Sojo tardó diez años en aparecer, justamente porque él estaba permanentemente corrigiendo la obra sobre la copia final, y había que volverla a copiar para incorporar los cambios autorales. La partitura publicada en esa ocasión se puede considerar como una "edición príncipe", esto es, una edición bajo el cuidado del autor, con un valor que no tienen los propios manuscritos. Esto nos dice que, como ocurre con cualquier compositor, Estévez no estaba seguro de lo que quería, y que cambiaría la obra de encontrar un mejor efecto introduciendo tal o con cual modificación. Esto es un proceso natural en cualquier compositor, y no es la primera ni será la última vez que se haga.

-Mozart "mejoró" el "Mesías" de Händel, introduciéndole timpani y trompetas; Wagner "actualizó" las obras de Beethoven, cambiando las trompetas y cornos naturales por instrumentos con pistones que no existían en la época en que fueron compuestas; Busoni y Czerny le metieron mano (octavas, matices y ligaduras) a la obra para teclado de Bach, y así se multiplican los ejemplos por doquier en la historia de la música. Entiendo que quien hizo algunos cambios a la "Cantata" fue el finado director Eduardo Mata cuando la grabó con la Orquesta Simón Bolívar, incorporándole unas maracas en un pasaje, subiendo a los tenores una octava en otro, y detalles por el estilo. En mi opinión, esto no debería escandalizar ni constituir ofensa para nadie. Los intérpretes buscan la mayor eficiencia en lo que suena, lograr efectos sobre el público, y si algo de esto ayuda, pues no van a dudar en hacerlo. Sería en todo caso muy interesante desarrollar un debate sobre la interpretación históricamente informada de esta música (lo que hoy se llama HIP por sus siglas en inglés), algo que no se ha hecho aún.

-Sobre ediciones críticas recientes de la obra de Estévez, cabe mencionar que Adina Izarra y Eduardo Lecuna hicieron un magnífico trabajo rescatando los "Cinco Poemas para voz de Bajo, orquesta de vientos y percusión", que aunque no se ha publicado, se ha tocado mucho en los últimos años. Cristina Núñez está trabajando conmigo en la edición e interpretación de su obra para canto y piano. Y yo he trabajado en un edición de las "17 piezas infantiles para piano", pensando incluirla en uno de los volúmenes de la colección "Clásicos de la literatura pianística venezolana". Sin embargo, a pesar del trabajo de edición, ninguna de estas obras se ha podido publicar, porque para ello requeriríamos de llegar a acuerdos con quienes detentan el copyright de estas obras, algo que no ha sido fácil. Esperamos que por el bien de esta música, y para que no siga distribuyéndose por canales irregulares y copias piratas, se pueda lograr un convenio satisfactorio con ellos para en un futuro cercano contar con ediciones críticas que permitan una adecuada ejecución de esta maravillosa música.


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