NELSON HAMANA (*)
(*) Médico anatomopatólogo. Magister Scientiarum en Filosofía USB
Así como los viajeros espaciales leyeron a Julio Verne para reproducir las
hazañas de su imaginación, los biólogos moleculares pusieron su atención en lo que era fantasía y denuncia en Aldous Huxley para convertirlo en
realidad con los prodigios de la tecnología,
que más parecen historias de ficción que realidades constitutivas de
lo más primario, fundamental y trascendente de la naturaleza..
Nuestro relato se remonta al descubrimiento por Watson y
Crick en la década de los cincuenta, de la famosa estructura de la doble hélice
del A.D.N. que se ocultaba en las entrañas de los núcleos celulares, este se
organizaba en lo esencial como un alfabeto de cuatro letras: Adenina (A)
Timidina (T) Citosina (C) y Guanina (G), con el que podía escribirse todo el fundamento biológico de los seres vivientes en
base a una regla gramatical de apareamiento de las bases. A este prodigio
lingüístico, se agrega la increíble capacidad de una inmensa molécula, que
codifica la estructura y la función de los seres vivientes y es capaz de reproducirse por sí sola, combinando la
historia escrita en su seno desde los progenitores con una elevada certeza, que tiene autoconciencia, porque se
repara sola cuando se daña y es capaz de percibir cuales funciones son
necesarias, protegerse de las agresiones, entenderse con los mensajes que le
llegan y cuando se equivoca puede dar lugar a verdaderas catástrofes. Es a
todas luces el plan maestro de la naturaleza, escrito con la combinación de tan
solo cuatro letras, cuyas secuencias adquieren significados en las grandes
moléculas que forman el sustrato de los seres vivientes, las proteínas.
Lo descubierto tiene la forma de una hélice, con dos
barandas, como las de una escalera de caracol, que es capaz de romper su trama,
justo en el centro de sus escalones, y cada mitad, reproduce la otra que se
separó, o busca una que se le corresponda, para aparearse adecuadamente, es un
mecanismo eficiente y preciso.. Lo es bastante más que nosotros al elegir
pareja y se equivoca menos y cuando se equivoca no lo puede disimular ni
esconder, no puede sufrir en silencio sino que su catástrofe se hace visible de
manera inevitable. Esta es la manera en la que se perpetúa la información de
los genes a través del tiempo y se mantienen con bastante precisión los
controles de la naturaleza y las características de cada uno de los organismos
vivientes y su progenie y es la forma en
la que con una gran precisión se combinan informaciones, manteniendo la
variedad de las especies y acomodándolas al ambiente, hasta donde es posible.
Hace más explícita y maravillosa la evolución de las especies que se funda en
un grupo de moléculas distintas que se
organizan de una manera ingeniosa y son capaces de sustentar hasta el intelecto
humano.
La
biología desde entonces progresó de
manera vertiginosa e incesante y la historia de los Premios Nobel está llena
con los nombres de los sucesivos descubridores que han marcado puntos de
inflexión en esta área del conocimiento científico y que constituyen el acervo
fundamental de las ciencias de los organismos vivos.
La situación se hizo más compleja cuando a comienzos del
Siglo XXI los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos anunciaron al mundo que
el Genoma Humano se había descifrado, gracias a los avances tecnológicos de la
segunda mitad del Siglo XX, en particular el avance de la informática que
permitía realizar cálculos con una complejidad y una velocidad sorprendentes y
a la concurrencia de los esfuerzos de diversos países, sobre todo en el momento
de financiar unas investigaciones terriblemente costosas.
Para aquel momento, el asombro que producía una
tecnología tan elaborada, ocultaba cualquier intento de análisis sobre los
problemas colaterales de ese conocimiento de la biología humana, sobre todo de la
biología molecular, que podían convertirla en una tentación totalitaria (1). Ya
Heidegger había dirigido su mirada al desarrollo de la tecnología como
fundamento del avance de la cultura y la civilización contemporáneas (2) y la
forma en la que ésta exigía a la naturaleza unas repuestas desconsideradas y
poco comprometidas con las actividades de creación y de generación, ambas
responsabilidades ineludibles de la artesanía intelectual del hombre. La materia se hizo manipulable, dejó de ser el
fundamento primero de las posibilidades humana, la técnica se independiza del
control humano y es ella quien marca las directrices de su actualización.
Me temo que las sospechas de entonces no fueron
infundadas porque al lado de los prodigios que esta tecnología ha logrado en el
conocimiento de los procesos básicos y comunes de las células cancerosas, y que han trazado un camino, aun
débil y costoso para su control, no ha cumplido cabalmente con otra de las
expectativas, la de lograr órganos producidos en el laboratorio, con los que se
afirmaría la medicina de trasplantes, esperanza de la medicina, que hoy se
sigue enfrentando a las dificultades del rechazo inmunológico y al tráfico de
órganos y seres humanos, sobre todo en
países de institucionalidad débil, en vez de contar con piezas de recambio que faciliten el trabajo médico.
Aun cuando la medicina y los enfermos tienen mucho que
agradecer a todos estos desarrollos tecnológicos, la tentación de producir
sujetos humanos y en general lograr
productos de la naturaleza viviente manipulados, no ha cesado y sigue teniendo
popularidad en esos ambientes de la investigación biológica. La clonación en
animales y plantas es una esperanza próxima y los conocimientos genéticos han permitido
cuando menos lograr híbridos exitosos, ya no como tecnologías artesanales, con
largos períodos de ensayo y error, sino con precisiones casi matemáticas, lo
que les quita el encanto, pero no necesariamente la eficiencia.
Esos intentos de manipulación encantan a algunos y
escandalizan a otros y es así que en una publicación norteamericana, muy prestigiosa, nos encontramos con un blog que
reclama la tónica machista (3) con la que se ha especulado una investigación
que condujo al trazado del material genético del Hombre de Neardental y llevó a
su comparación con el genoma humano actual (4). La lectura de los resultados
contenidos en esa publicación resulta
difícil para quien no está habituado a esta metodología, pero lo que a duras
penas pude sacar en claro fue lo siguiente:
- Hay diferencias con los humanos actuales, en particular lo que refiere al desarrollo del esqueleto, a las funciones metabólicas, y mecanismos cognitivos, pero se pueden identificar las secuencias responsables de las diferencias.
- Las secuencias genéticas son más lejanas en los habitantes de Eurasia que en los Subsaharianos. (Sesgo muy corriente y coincidente en estas investigaciones, sin comentarios sobre la justificación de acciones coloniales y represivas).
- Hay
toda una combinación complicada de parentescos con ancestros comunes y con los
humanos actuales, de los que se infiere una coexistencia y un cruce prolongado
de las diferentes especies y no una secuencia rígida que marcha en un solo
sentido.
Por supuesto que estos
hallazgos generan la esperanza de poder seguir la historia de nuestro ADN
actual y encontrar en el camino lo que nos hace susceptibles a dolencias y
costumbres que nos deterioran y nos atormentan, pero habrá quienes pretendan la
inmortalidad física de los hombres. Por supuesto que todo esto se opone al sufrimiento
y al fracaso como elementos constitutivos de lo humano y presentan la inmortalidad
como algo deseable. En este punto sugiero leer una novela corta de Jorge Luis
Borges: “Los Inmortales” que muestra de manera muy elocuente los horrores de
una vida interminable. Será posible controlar los males físicos, pero no
encontraríamos que hacer con la diversidad que generan las pasiones, a menos
que logremos instaurar un régimen totalitario anónimo que nos liberaría del
dolor y el sufrimiento pero a costas de la esclavitud de nuestros sentimientos.
Ya desde hace mucho tiempo,
el código genético no es solo susceptible de lectura, sino que es posible
escribir en él insertando segmentos de ADN a partir de otros organismos
vivientes, aprovechando ciertos hallazgos logrados en los mecanismos de acción
de los virus capaces de llevar a las
células a una conducta cancerosa, lo que unido a las técnicas de trasplantes de
núcleos de una célula a otra ha permitido cambiar las conductas de organismos
vivientes a partir de una modificación de su ADN. El mecanismo de auto replicación permite
mantener los cambios e ir produciendo sucesivas especies de ADN con la
pretensión de formar seres vivientes modificados o nuevos seres aun no
existentes. Se trata de introducir variaciones en lo que ocurre como un
mecanismo habitual en la reproducción de las células y que está en el fondo de
la consumación genética de la reunión de las parejas.
Estas
tecnologías permiten insertar fragmentos nuevos en las secuencias de esta
molécula, de gran tamaño, pero no necesariamente compleja, y producir un cambio de conducta en la célula
intervenida, mecanismo utilizado en la naturaleza por los virus, especialmente
los que intervienen en el cáncer. Este modelo de la naturaleza fue utilizado
para generar organismos programados, pero se trata tan solo de la manipulación
y la combinación de lo existente de una manera diferente a lo que ocurre
espontáneamente.
Todo esto ha sido muy útil para la investigación y el
tratamiento del cáncer y ha permitido a la ciencia dilucidar e intervenir sobre
los efectos de los agentes infecciosos y los productos nocivos de la
civilización sobre el ser humano y sobre el medio ambiente y ha logrado
incrementar la eficiencia y el volumen de la producción de alimentos en el
planeta. También ha resultado útil para
identificar los parentescos e
individualizar personas en la criminalística, mecanismo hoy en día muy
popular en las series de televisión.
Pero no solo se ha logrado leer y escribir, sino que se
ha logrado generar códigos de organismos conocidos a partir de manipulaciones
de laboratorio, sin intervención de las células, componente indispensable para
todo lo relatado, y con ello se ha logrado fabricar organismos
nuevos totalmente desarrollados “in vitro” que funcionan de acuerdo a los
esperado (5) e incluso se multiplican de la misma manera como lo hacen las
células que se están imitando.
Este conocimiento que avanza de manera indetenible, nos
hace presumir la elaboración de todo un diccionario de segmentos genéticos y de
conductas esperadas o modificadas a partir solamente de las expectativas tecnológicas,
sin limitarse a imitar lo ya existente. Se trata de reducir la vida a
verdaderas fórmulas lógicas o matemáticas, como se ha venido intentando con el
universo desde hace ya varios siglos. El cuerpo se reduce a una maquinaria bien
engranada y particularmente bien auto controlada que puede ser replicada, ya
que en el fondo de su estructura se encuentran unas unidades simples que pueden
correlacionarse a voluntad.
Todo lo que hasta ahora vemos no es sino la descripción
de una tecnología asombrosa que está facilitando la sobrevivencia del hombre
sobre la tierra, y a la que mucho debemos agradecer, pero la especulación que
sigue a estos descubrimientos es lo que se convierte en piedra de escándalo y
le da un matiz ideológico que traiciona a la misma ciencia que defiende.
El límite a las posibilidades de lograr todas las
pretensiones de la tecnología desencarnada está dado por la laboriosidad de su
ejecución, pero un honorable profesor de Harvard y por lo que se relata, un
aventajado beneficiario de los descubrimientos, explotados a través de empresas
muy lucrativas, ha logrado la construcción de una máquina capaz de sintetizar
el ADN a una velocidad y cantidad superiores a lo que hasta ahora ha conseguido la metodología de laboratorio y
mucho más de lo que ha logrado la
naturaleza de una manera lenta y
perezosa y que comienza con el nada despreciable propósito de lograr un código
genético humano, capaz de obtener especímenes resistentes a enfermedades
comunes y muy generalizadas como es el caso del resfriado, pero además ha
expresado su intención de reconstruir al Hombre de Neardental a partir de las
muy conocidas y populares “células
madres” (6) que son indiferenciadas,
es decir células cuya gran capacidad es la de progresar hacia uno u otro
tejido, de acuerdo a los estímulos y así mediante mecanismos de síntesis del
ADN y sus respectivas modificaciones obtener especímenes diferentes de seres
humanos, a partir del seguimiento de la evolución de la estructura desde el
precursor hasta nosotros.. Tiene el indudable propósito de manipular no solo la
producción de alimentos y combustibles sino de llegar a ciertos contextos
biológicos del ser humano, con la pretensión de determinar su vida cotidiana. Se
trata de una nueva creación más precisa y previsible, sin los males de nuestra
civilización y las inconsecuencias y torpezas de la naturaleza.
Por supuesto que lo anunciado en el libro del Profesor
Church es ciertamente espeluznante, pero lo que provoca la incomodidad de quien hace la denuncia en el blog citado al
comienzo, son las declaraciones de ese autor en una revista alemana de ámbito
mundial (7), donde de una forma que parece cínica, al ser interrogado sobre la
ética de tales investigaciones llevadas adelante solo por curiosidad, responde
que hay algo más en sus propósitos, se trata de lograr una diversificación de
la especie humana, ya que en su opinión la unicidad actual es problemática y
señala entre las ventajas de sus proyectos, el de poder crear madres sustitutas
a través de las hembras de chimpancés y la de obtener “mujeres aventureras”. Hay un espacio muy corto hasta los humanos
“alfa, beta, gamma y delta” de Huxley.
Al margen de las declaraciones fanfarronas a la revista,
que pueden haber tenido un propósito exhibicionista, cínico o crítico, el
plantear la manipulación de la especie y la consiguiente determinación de las
relaciones sociales de una manera artificial y programada es a todas luces un
proyecto de dominación totalitaria, que en nada se diferencia del “Centro de
Fecundación y Condicionamiento” de la novela de Huxley escrita en 1931 y ya
estamos acostumbrados a que los adelantos de la tecnología son capaces de
cualquier cosa, con tal que sea rentable, sobre todo cuando hay máquinas de por medio. Al fin y al cabo
es lo que está haciendo la informática con nuestro intelecto y con las
relaciones sociales, a partir de un invento destinado a facilitar la vida
humana y no a controlarla. No es entonces muy aventurado pensar que la
producción de tipos humanos estarán más orientados por las necesidades de marketing que por las estructuras y las
relaciones humanas, con lo que la generación espontánea de la cultura quedaría
anulada y el control totalitario nos llegaría hasta el fondo del alma, lo que
no ha logrado ningún sistema político, económico o militar hasta ahora.
Este temor también es compartido por investigadores del
área de la biología fundamental que se
confiesan machos alfa y ateos (8), y es reproducida en revistas de opinión muy
prestigiosas en ese ambiente. Además de reclamar la atención de problemas mucho
más fundamentales, como son los del hambre, las enfermedades y el medio
ambiente, con unos recursos tan cuantiosos, denuncian el contenido totalitario
de tales propósitos tecnológicos.
Para
nuestra tranquilidad la naturaleza se muestra pausada, lenta y mucho menos
arrogante y más insegura en su elaboración evolucionista y mantiene en relación
numerosos factores que influyen en todos sus procesos, no sabe trabajar sin
referencias. Es lo que se llama el contexto (9), que de manera inexorable influye
y evita todos los propósitos que pretenden alterar sus sistemas y demuestra
exhaustivamente que su método de ensayo y error, siempre y cuando se le dé el tiempo
necesario y se mantenga la calma, es el más eficiente. Los procesos naturales
tienen preferencias, inclinaciones y pasiones, y el ADN no es una excepción: sabe
cuándo debe enmendar y cómo repararse, cuándo debe activar uno u otro mecanismo
y en qué momento debe duplicarse, y la
célula lleva una cuenta y un registro de todos sus procesos. La vida de todos
los elementos de la naturaleza es de relación, tanto en sus expresiones
puntuales como en las históricas. No permite reduccionismos y por ello responde
de manera enérgica e inexorable a las manipulaciones. Es la expresión más
acabada de un sistema de sistemas inevitablemente
relacionados que no pueden ser individualizados, a menos que asumamos es el
riesgo de desnaturalizarla.
Lo
que está en juego no es la creación Divina, los redactores de la Biblia
tuvieron buen cuidado de hablar de la creación “ex nihilo”, lo que le da una particular posición como Creador que lo coloca fuera de la
naturaleza, los científicos no parten de la nada, tienen siempre un punto de
apoyo en lo existente.
De
lo que se trata es de los dos derechos fundamentales del hombre, la vida y la
libertad, sin los cuales nada de lo que se llama humano tiene sentido, sería
aceptarnos solo como un amasijo de funciones e instintos que acabaría con
nuestra posición de máximos responsables de la creación.
Referencias:
1.- Hamana H. N. La Medicina
Molecular, un paradigma totalitario. Gaceta Médica de Caracas.
2001;109(2):168-77
2.- Heidegger M. La pregunta
por la técnica. Ed. Del Serval. Madrid. 1994.
3.- Agapakis C. Alpha males and: “adveturous human
female”. Gender and synthetic genomics. Scientific American. Versión
electrónica. Blog de Enero 22 de 2013
4.- Green R.E. et al… A draft sequence of the
Neardental Genome. Science 2010;328(5979):710-22
5.- Gibson D. E. et al… Creation of a bacterial cell
controlled by a Chemical Syntesised Genome. Science 2010;329(5987):52-6
6.- Church G.M and Regis E.. Regenesis: How Synthetic
Biology will reinvent nature ad ourselves. Basic Books. Edición electrónica
Amazon 2013
7.- Der Spiegel 18-01-2013
8.- Craig Venter J. What should be worried about. Egde.
23 de enero de 2013.
9.- Cardinale S. et al… Contextualizing context for
Syntetic Biology. Identifying causes of failure of Syntethic Biological
Systems. Biotechnol. J. 2012;7(7):856-66
Felicitaciones al autor por su facilidad de hacer algo comprensible esta madeja de descubrimientos asombrosos y al alojante de esta lección de biologia molecular por facilitrnos tan exquisita lectura,
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