Pablo Kurt (*)
'In Treatment' es la penúltima obra maestra de la HBO. Fiel remake
-según cuentan- de una serie israelí, volver a desplegar una nueva alfombra
de alabanzas ante otra serie de tv de la cadena norteamericana puede resultar
repetitivo. Dado su formato y tema, aparentemente poco atractivo para el gran
público, lo mejor es invitar a que comprueben en carne propia, y prepárense,
cómo pueden llegar a enganchar cuatro paredes y unos pocos personajes. La
atractiva doctora (¡Oh, Melissa!). El piloto engreído. La adolescente gimnasta.
La pareja con problemas. Y claro; Paul, y Kate, y Gina. Elijan ustedes. Son
todos fascinantes.
Cuchilladas de realismo e intimidad a través de diálogos
inteligentes y verosímiles –sin siquiera necesitar ser ingeniosos- que penetran
con asombrosa adicción en la carne y la mente de un espectador atónito. Te
dejan ansioso de más, anhelante de las próximas visitas de unos personajes que
se hacen vivos, terriblemente cercanos. Asombra la simplicidad de la propuesta
y lo adictivo de sus resultados. Y además es una obra de arte que invita a la
reflexión, pues, ante tanta basura, ante tantas costosas producciones
televisivas, ante tanto reality vacío de ficción, llega el baratísimo poder de
la palabra, la verdadera vida reflejada en frases y miradas… y se coloca en el
pedestal del lujo inteligente. Televisión que cautiva, que enamora.
Claro que
no hay que confundirse; imagino a docenas de productores y cientos de
estudiantes de cine diciendo: "eso podría hacerlo yo, escribirlo yo,
dirigirlo yo". Casi nadie podrá, pero bienvenido sea el intento si ello
sirve para que luego venga Rodrigo García y lo mejore. Por cierto que el Sr.
García no hace sino confirmarse como un director clave de nuestro tiempo, un
artista sensible como pocos y sin problemas de sombras paternas. Yo, por mi
parte, quedé tan enganchado que, tras esta terapia, intentaré como sea ir a
"Be 'Tipul", buscar la referencia de la "madre" de la
fascinante criatura. Cualquier buen psicoanalista indagaría en el origen de
esta adicción, de esta sensación inefable ante "In Treatment", una
maravilla de la que no merece perderse ni una sola sesión.
(*) FILMAFFINITY
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