JULIETA LEÓN (*)
De Aurora a Doctor González
24-1
Licuarse en las esquinas
rodar aguas abajo
en las alcantarillas rebosantes de lluvias
colgarse de las ramas soleadas de los árboles
los mediodías sedientos de la plaza
fundirse en las rendijas de ventanas y puertas
aparecer
en los patios internos de las casas
filtrar el aire entre las romanillas
para escuchar la gota de morosa caída
deslizarse en el filtro que no existe
escuchar a lo lejos la campana
de la iglesia que llama a maitines
caminar tras la carreta
por la calle empedrada
escuchar la canción del pregonero
colarse en los zaguanes
robarse el fresco de la tarde
repetir la oración de las abuelas
beber en tapara
café colado en media
contemplarse en el charco de la esquina
arroparse de nubes en el techo
de aromas en el patio
(*) Caracas. Licenciada en Filosofía y Letras.
Premio XV Bienal Internacional "José Antonio Ramos Sucre"
(*) Caracas. Licenciada en Filosofía y Letras.
Premio XV Bienal Internacional "José Antonio Ramos Sucre"
Penosamente debo anunciar que no soy conocedor de poetas, pero es muy buena.
ResponderEliminarGracias google, por la búsqueda y reducir mi ignorancia.
Por cierto, ahora como quedan ellos, poetos?
Gracias por la información
Agustín Ascanio
Apreciado Agustín:
EliminarSiempre doy las gracias a mis lectores. En un país donde la gente no lee, uno debe agradecer a quien dedica parte de su tiempo a unas líneas. Tu comentario sobre los poetos me hizo recordar una conversación de hace días, cuando le contaba a un alumno que, cuando yo era una niña - hace bastantes años, por cierto -, la maestra nos explicaba que cuando decíamos en una frase, "los seres humanos...", "todos los hombres son...", incluíamos a hombres y mujeres.
Demagogias de aparente inclusión a las mujeres iniciaron ese movimiento incomprensible que no sabemos donde terminará, porque figúrate que alguien prepara un pequeño discurso, un escrito; y lleva al extremo semejante intento, podríamos entonces estar diciendo cosas como estas y aún peores:
encendí la linterna porque se me quedó el linterno; coloqué en el jarrón las flores y los floros.
Bueno, estoy segura que encontrarás otras, mucho más imaginativas.
Triste es llegar
ResponderEliminarpara siempre
a cualquier parte
Lo sé, lo sé. Lo coloqué como epígrafe en un poema. Gracias de nuevo.
EliminarAgradable, manantial de emociones, agua fresca de la tinaja, callejear por las estrechas y empinadas calles de La Pastora, de Altagracia, de San Jose del Avila, todo ello provocó en mi la lectura de este sencillo poema.
ResponderEliminarGracias Jorge por tu comentario. Los respondo como anónimo porque la máquina no me deja hacer otra cosa.
EliminarMe alegra que mis palabras te hayan llevado de nuevo a través de la belleza de las calles de La Pastora.
Julieta