Más que un análisis, pretendo hacer en esta
breve nota, un ejercicio catártico que resulta cónsono con mi profesión.
La frase con la que titulo estas líneas, es
casi un lugar común, entre la gente que se considera de “oposición”, y yo, también
la he repetido hasta el cansancio, pero la turbulencia de los acontecimientos
de los días previos y posteriores a la elección presidencial, me hicieron hacer
la reflexión, que ahora me permite asegurar, exactamente lo contrario, ¡Tenemos
un gobierno exitoso!, por supuesto voy a tratar de explicarme.
Veníamos de una democracia que solía alternar
en el poder a la Social Democracia, con la Democracia Cristiana, y con una
izquierda débil, intentando acceder a él, que no lo logró, hasta el triunfo del
actual presidente. Resulta obvio, que haberse mantenido en el poder por casi 14
años, y conseguir extenderlo seis años más, es sinónimo de éxito, sin la menor
duda.
¿Cómo han podido hacerlo?, y ésta es la gran
pregunta que nos planteamos los de la oposición, cuando evaluamos su aparente
–digo aparente porque la examinamos con nuestra óptica capitalista- pésima
gestión: fracaso en seguridad, salud, servicios, empleo, productividad, vialidad,
vivienda, control de la inflación, educación, transparencia administrativa y
algunas más, que se me escapan.
El cómo
surgió en una especie de dejá vu, que
experimenté el domingo 7 de octubre en la noche, y que no logré entenderlo
hasta el lunes en la tarde, cuando conversando con una amiga me preguntó:
“¿Bernard, éstas seguro que cometieron fraude?, a lo cual conteste rápidamente
con un irreflexivo, irracional y rotundo Sí.
Dije dejá
vu, porque ese domingo, percibí que yo había vivido eso, y en la tarde hice
el enlace con toda la pléyade de emociones y pensamientos, que experimenté en
el 2006, desde que nos anunciaron que Rosales había perdido las elecciones, y
en el que me sentí defraudado, estafado, creyendo que tramposamente nos habían
escamoteado la victoria.
Vuelvo al
cómo, y con esto contesto a su vez la duda opositora, que intenta entender,
la enorme adhesión que mantiene el gobierno, pese a su terrible gestión
–insisto, bajo nuestra óptica- ante la evidente y palpable ruina de país, en
que nos encontramos - bajo nuestra óptica, una vez más-.
El gobierno tiene una estrategia
comunicacional que le ha resultado siempre, y ella es en resumen: A) Copar
todos los espacios con propaganda, de forma ventajista y abusiva antes de la
elección. B) Usar el miedo como disuasor para indecisos, empleados públicos,
desinformados, etc. C) Regalar dinero, hacer promesas, amenazar, y D) reservada para los opositores: 1) Entusiasmar, que consiste en difundir
el día de la elección, cifras altas del candidato opositor con el objeto de generar
optimismo y confianza. 2) Decepcionar, al
emitir un boletín con las cifras reales –nos han variado el horario-, y 3)
Hacer creer que hubo fraude, con el
fin de Descalificar, al candidato y grupo(s) que lo respaldan,
para generar rechazo, y ulterior apatía hacia el candidato y/o grupos de
respaldo.
En conclusión, continúan en el poder, a
fuerza de abuso y ventajismo, usando recursos públicos no destinados para ello,
y un buen número de nosotros supuestamente inmunes a la propaganda
proselitista, seguimos cayendo en las manipulaciones destinadas a desunirnos.
(*) Psiquiatra. Oriundo de Caracas, reside y ejerce en la isla de Margarita, estado Nueva Esparta.
twitter: @reinmont
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