JUAN JOSÉ RACHADELL (*)
MARCO TULIO MENDOZA (**)
“nunca hagas preguntar por quién doblan las
campanas:
doblan
por ti”.
(John Donne, poeta inglés 1624)
La autonomía,
como principio que brota del mismo individuo y las instituciones por él
creadas, tiene por pilar de sustentación la libertad, entendida esta como
la oportunidad de ser mejores, crear, desarrollar, decidir y hacerse
responsable de las consecuencias y
ella existe donde la inteligencia y el valor consiguen vencer a la
fatalidad y en donde los límites de acción los definen los derechos justos del colectivo y no los intereses e
imposición de un grupo de poder.
Las bases
ideológicas y políticas del actual gobierno, acarrean indispensablemente la
concentración del poder y como derivación de ello, la eliminación sistemática y
progresiva de las autonomías (institucionales, administrativas, académicas,
económicas, gremiales, comunicacionales,
etc.)
Manifestación
fehaciente del proyecto de destrucción de autonomías institucionales por parte
del gobierno, es la pérdida de la división e independencia de los poderes públicos nacionales: Poder
Judicial, Poder Contralor, Poder Electoral, Poder Legislativo, los cuales están
sometidos desde hace tiempo a acatar directrices políticas partidistas del
gobierno central, quien ha llegado al extremo de mantener, a algunos de ellos,
deslegitimados por el incumplimiento de las “formas” constitucionales
(designación de titulares, renovación por períodos vencidos, etc.), con la
finalidad de garantizar su control.
Dentro del
espíritu de concentración administrativa
del Poder, se pretende revertir todo el
proceso de Descentralización, el
cual se expresaba en la creación y ejercicio de las autonomías regionales y locales,
considerándose, por sus resultados y alcances, un gran logro de la Democracia consagrado en
la actual Constitución refrendada por el
pueblo venezolano.
Formas
perversas de esta acción destructiva las encontramos en la creación de entidades y organizaciones paralelas de gobierno
regional, las cuales, amén de
incrementar la burocracia tarifada, quitan recursos legítimos de los estados, dificultan
los procesos de planificación, organización y gobernabilidad de las entidades
estadales legítimamente instituidas por la votación popular.
De notoria
actualidad resalta el ataque destructivo
de la autonomía de las
universidades y otras instituciones de
educación superior, las cuales están sometidas desde hace años a la violencia, al cerco económico y vejámenes, destinadas
a controlar, someter y doblegar su
espíritu libertario y su conciencia crítica, madeja de su esencia existencial.
Dentro de
estas políticas gubernamentales se enmarca también, el plan de control estatal
de la economía, a fin de someter la iniciativa y la capacidad privada como
fuerza viva beligerante de una nación, de allí el control de cambios, los
decretos de expropiación en sectores productivos, los cercos impositivos y legales que hacen de cualquier iniciativa
un calvario de tramitaciones burocráticas, consecuencias
inevitables: una corrupción
galopante y generalizada, cierre masivo
de industrias, la caída y fuga a otras naciones de nuevas inversiones, la
destrucción de fuentes de trabajo, desempleo, derrumbe de la producción
agropecuaria, manufacturera e industrial, desabastecimiento, inflación (de la
más grande del mundo) unido a estancamiento económico (estanflación), devaluación
sostenida de la moneda, determinando la caída del poder adquisitivo , empobrecimiento fulminante y el deterioro de la calidad de vida.
En la
lógica política del gobierno, es indispensable la imposición de un pensamiento
único “socialista”, para cuyo establecimiento se implementó un aparato
compulsivo de creación de medios masivos de comunicación (radios comunitarias,
canales televisivos, periódicos revistas, medios electrónicos, etc.) y el
abusivo cierre y multas de medios de comunicación independientes privados, bajo
cualquier pretexto, amparados en un legado jurídico sancionado explícitamente
para la dominación y las interpretaciones complacientes. No podía faltar a lo
anterior, la coacción, amenazas, persecución y judicialización de periodistas
disidentes ideológicos.
Pretendiendo en el tiempo la consolidación
de una ideología hegemónica, el gobierno
implementó modificaciones curriculares de contenidos y asignaturas en el
sistema de educación preescolar básica y diversificada, cuya instauración plena
la ha impedido responsable y valientemente la sociedad civil venezolana. “Con mis hijos no te metas”.
La libertad
democrática de las organizaciones gremiales y sindicales legítimamente
constituidas ha sido estratégicamente atropellada a través de su
desconocimiento, interviniendo con dictámenes judiciales sus procesos eleccionarios, llegando a la persecución y hasta criminalización de líderes laborales y creando organismos sindicales oficialistas a los
cuales se les da representación que no lograron por vía electoral.
En
definitiva, el verdadero objetivo de esta Revolución es la eliminación de la
democracia como mecanismo de convivencia política y la instauración a través de
todas las artimañas pensables de un régimen totalitario, cuyo ejercicio
participativo de las comunidades está centrado primordialmente en un sistema
de control político partidista, copiado
inescrupulosamente de experiencias fracasadas en lo económico y social de
regímenes comunistas (Cuba y la extinta URSS).
Asistimos a
15 años de destrucción, en lugar de construcción, de haber dilapidado la más
grande oportunidad económica y social de América Latina, de haber desmantelado
o minimizado nuestro aparato productivo manufacturero, agropecuario e
industrial, incluyendo nuestra empresa petrolera, de haber presenciado el endeudamiento
astronómico injustificado de nuestra
patria comprometiendo el presente y futuro de varias generaciones, cuya
única consecuencia visible ha sido la
creación de los sistemas de corrupción masiva institucional y la aparición de
una boliburguesía escandalosa.
En esa
política nacional se insertan los acontecimientos devenidos y por venir en el
estado Lara, como la ejecutoria de medidas administrativas en contra de
personas, edificaciones e instituciones.
Argumentando
una diligente preocupación que no demuestran en el mantenimiento de estructuras
viales, turísticas, culturales, deportivas,
y hospitalarias, el gobierno
central exhibe desbordada eficiencia con
tomas militares de instalaciones
larenses, acciones altamente publicitadas para intentar distraer el desastroso
manejo de la economía, y de los urgentes problemas del país (delincuencia, desabastecimiento,
inflación, vivienda, salud, servicios
públicos, corrupción, etc.) ante los cuales ha demostrado, falta
cómplice de interés, incapacidad e ineficiencia.
Guardando
las distancias y los tiempos, con la toma del icono larense “La Flor de
Venezuela” y tantos otros despojos en
nuestra patria, vale la pena remembrar un incidente
protagonizado el 12 de octubre de 1936, en el paraninfo de la universidad de
Salamanca, por el General franquista
símbolo del fascismo español, Millán Astray, quien escoltado por sus
legionarios armados con metralletas y atizando
las arengas de “viva la muerte”, “muera la
inteligencia” y “exterminen a los militantes de la anti-España” (el
País Vasco y Cataluña), encontró
respuesta en la figura digna del rector de la Universidad, Miguel de Unamuno,
de 72 años, filósofo y novelista, a quien
ante los pronunciamientos del soldado extremista sentenció entre otras cosas: “Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis
porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer
significa persuadir y para persuadir necesitáis algo que os falta:
razón y derecho en la lucha.”.
Es el momento, ante la grave situación que se nos
presenta, de tomar conciencia de nuestra responsabilidad como ciudadanos pertenecientes a un país democrático que
proporciona medios y maneras de lucha
para defender los derechos constitucionales.
Es el tiempo de la acción responsable y la valentía
justiciera que siempre nos ha
caracterizado como pueblo, para encontrar la dignidad del Presidente electo de
Venezuela, Dr. José María Vargas, ante el oficial Pedro Carujo, jefe del
batallón Anzoátegui quien al arrestarlo dentro del acto inconstitucional ignominioso
de la “Revolución de la Reforma” le gritó: "El mundo es de los valientes",
de lo cual disintió el mandatario: "No, el mundo es del hombre justo; es el
hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz
sobre la tierra y seguro sobre su conciencia".
Remembrando y adecuando a nuestras circunstancias las palabras
de la sultana Aixa a su lagrimeante hijo Boabdil, último Emir de Granada (1482-1492) ante la perdida y entrega del reino,
podemos sentenciar:
«No lloremos como esclavos, la libertad que no supimos defender
como ciudadanos».
(*) Abogado. Profesor de Derecho Constitucional UCV y UCAB. Ex-Senador. Ex-Procurador de la República
(**) Médico Psiquiatra. Profesor Universitario. Ex-Decano de la Facultad de Medicina UCLA.
Hola, Franklin: nos gustaría reproducir el texto que escribiste sobre Faulkner en Venezuela en www.revistacoronica.com
ResponderEliminarSomos una revista digital hecha en Colombia.
El texto referido está en el enlace:
http://micolchaderetazos.blogspot.com/2011/11/el-granjero-en-venezuela.html
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El único objetivo de la revista es ayudar a difundir muestras de buena escritura.
Un saludo